1. Coloca los ingredientes en una licuadora y mézclalos para hacer el adobo.
2. Corta las costillas en secciones más pequeñas, en “bloques” de 3 huesos por pieza. Para adobar, coloca las costillas en bolsas de almacenamiento de un galón (o en un recipiente de cerámica o vidrio) y mézclalas con el adobo. Cubre y refrigera durante al menos 8 horas, preferiblemente durante la noche.
3. Precalienta una parrilla cerrada a 300 ºF. Cubre el fondo de una bandeja para hornear con papel de aluminio. Coloca las costillas en la sartén y vierte el adobo restante sobre ellas. Cubre bien la parte superior de la sartén con más papel de aluminio.
4. Coloca las costillas cubiertas dentro de la parrilla cerrada y mantenlas a fuego medio (alrededor de 300 ºF) durante aproximadamente 2 horas; revísalas con cuidado de vez en cuando.
5. Una vez que las costillas estén cocinadas y blandas, déjalas a un lado y calienta la parrilla. Coloca las costillas con la carne hacia abajo y dóralas durante 6 a 10 minutos por cada lado.
6. Si te gustan las costillas un poco dulces, puedes mezclar miel con un toque de pimienta de Cayena. Unta las costillas con la miel especiada y déjalas caramelizar, al cocinarlas 5 minutos más.